En el amanecer

 

En el amanecer

Era joven más no bella, en su tiempo de adolescente. En el amanecer, cuando los perros callejeros aun no se despertaban. Saltaba de su cama y sin un café en su estómago, salía al aire libre. En silencio contemplaba el crepúsculo tempranero. Cuando el cielo oscuro peleaba con la incipiente luz. El corazón saltaba en su pecho, Y agarraba calle.

-Que oscuro -exclamó-. No hay ni con quien hablar.

Respiraba fuerte el aire fresco. Animada caminaba con vigor. Mirando hacia la copa de los árboles exclamó

-Están floreciendo los araguaneyes. Éste es blanco y aquel es rosado.

Súbitamente de la nada surgió un fulano desconocido.

-Qué hubo, nena. Tan solita ¿No tienes frio?

-¡Qué pasa! No me asustes.

Cuando se acercó, le agarró. Ella le rechazó. El hombre la empujó al suelo y se le abalanzó encima. La joven pálida y respirando entrecortado por la impresión se defendió.

-No, no –gritó-.De inmediato tomó conciencia del peligro.

La adrenalina se disparó por su cuerpo. Con una mano golpeó la cara del atacante. Con su otra mano le araño el rostro.

-Esta fiera no se queda quieta –exclamó el malandro.

El le levantó la falda intentado desnudarle.

-¡Ah! ¡No! Desgraciado.

Respiró muy hondo. Sacando fuerza de flaqueza. Súbitamente le acometió una energía desesperada y rabiosa. Con sus dos manos empujó al maleante. Una vez que éste quedó apartado. Con su rodilla aplicó un certero golpe en los genitales masculinos.

-¡Ah! Perra.

Tomando ventaja al verse libre. Se incorporó. Huyó en carrera. Su corazón golpeaba su pecho. Su respiración era fatigosa. Pero su empeño despertó su instinto de supervivencia. Nada la detuvo en su escape y…..