EN EL BALLET
El inicio de la actividad es tempranero. Ya la ciudad está alerta. El viejo edificio en la parte antigua se recrea en el Art Decó. Expresado en formas fraccionadas y cristalinas. Un local en la tercera planta dispone de un piso en madera pulida. Tan brillante como un espejo el que recibe raudales de luz proveniente de los amplios ventanales. Escueto sin mobiliario solo se identifica una barra para ejercicios y un reloj en la pared que marca la hora constante e implacable.
Varias jovencitas; de delgadez extrema; ataviadas con maillot de color negro y mallas finas de color blanco calzan zapatillas de media punta. El cabello recogido y muy estirado destaca los cuellos flacos y marca los rostros enjutos. Manteniendo las miradas severas. La presencia de una anciana de espalda muy derecha y su golpe seco del bastón llama a disciplina.
-¡Pum! ¡Pum! –.comenzamos los ejercicios. Rápidamente, los aprendices se sitúan al lado de la barra. Los pies planos sobre el piso. Juntos los talones. Se doblan sobre las rodillas. Olivia percibe el dolor del estiramiento. En segunda posición estira la punta del pie, costado y espalda sin mover la cadera. Se entrena con disciplina. Transpira levemente. En su cabecita una idea ronda. Debe aprender con perfección. Aspira a ser una gran bailarina.
El tiempo transcurre. Olivia asiste. Entrena. Aprende. Perfecciona. Con una pierna delante de la otra sobre la punta de los dos pies deja caer la cabeza hacia la espalda en perfecto equilibrio. Da numerosos pasos cortos de serie pareciendo flotar en el suelo finamente. Simula ser un símbolo de prestigio, elegancia y técnica. Expresa sentimientos y emociones.
Un joven compañero la toma por su cintura. La levanta en un vuelo en movimiento exigente. Errando la posición de su brazo. Cuando ella se escapa de sus manos. Cayendo hacia el suelo sobre su tobillo, lesionándose severamente.
-¡Huy! –exclama la bailarina cuando algo se quiebra. El dolor se intensifica. Declina su cabeza. Gruesas lágrimas brotan hacia sus mejillas. Ella toma conciencia del hecho terrible que ha ocurrido.
-¡No! ¡No!-se lamenta
Percibe que es el fin. No danzará más. Olivia es la bailarina que nunca será.
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