En el viento

EN EL VIENTO

Comenzaba el verano. La mañana clareaba hacia un mayor resplandor. El ruido venía de lejos. La sofocación se mantenía ausente. Los pajaritos en las ramas estaban tranquilos. La brisa suave casi indetectable se sentía foránea.

Los segundos marcados por el reloj golpeaban inexorablemente.

-Tic Tac –sonaba quedamente.

Un caballero de chaqueta; pero sin corbata; se desplazaba al ritmo del día, medianamente lento. Parecía arrastrar sus pies sobre el pavimento. Un poco encorvado miraba hacia abajo en distracción.

Algo ocurrió. Las hojas de los árboles temblaron con sutileza. El hombre distraído percibió un ligero toque del viento. En el ambiente un susurro captó su atención. Levantó su vista hacia la copa de los árboles. Su mecimiento era casi imperceptible.

Inesperadamente, el sonido en su bolsillo lo electrificó.

-¡Biiiip Biiiip!- Sacó su celular respondiendo prontamente.

El viento suave inicio un cambio de intensidad. Vino una corriente que hizo reaccionar a los transeúntes. Uno se agarró su sombrero en temor de perderlo.

El viento se lanzó en una fuerza. Mas se devolvió marcando una vuelta. La gente se arrimó a un lado como queriendo apartarse.

Socarronamente el viento se elevó. Mas riendo en su acoso. Observó abajo. Se lanzó sobre todos. Golpeando el piso, Y en rebote se alzó. Levantando a su paso las faldas de los vestidos femeninos.

-¡Ay! –gritaban ellas.

La risa del viento se escuchó en un zumbido. Sopló con fuerza sobre la arenisca. Granos de ella se elevaron cegando a todos. El viento travieso arremetió contra todo y contra todos.

Los caminantes buscaron refugio. El viento los veía. Y reía.

Dando una vuelta sobre sí mismo. Saludó. Dijo adiós. Y escapó sin castigo.